Realizaron una cabalgata por las principales calles de Chietla.
Redacción El Suriano
Montando un alazán, el alcalde Aureliano Morales Palacios, quien acompañado por el ex Presidente municipal Narciso Domínguez Rodríguez e integrantes de la Asociación de Charros y Ejidatarios, dieron un recorrido por el pueblo, finalizando frente al monumento del General Emiliano Zapata, ubicado a un costado de la Presidencia Municipal.
Como parte de la Ceremonia Oficial se rindieron honores a los símbolos patrios, y posteriormente el alcalde manifestó en su discurso: “¡Un hombre que nació siendo pobre! ¡Un hombre que vivió entre los pobres! ¡Un hombre que luchó por los pobres! Así fue nuestro héroe… el General Emiliano Zapata Salazar, por lo que hoy 10 de abril, se cumplen 92 años en que ocurrió el sacrificio de uno de los hombres cuya valentía, ideal revolucionario y espíritu reivindicador, lo han situado como el héroe más puro y auténtico de nuestra Revolución de 1910.
Y por qué no hablar del general Francisco Mendoza Palma, quien nació en la localidad de El Organal, perteneciente a este municipio, en noviembre de 1870. Al no tener la oportunidad de estudiar, se dedicó a vender carbón tanto en su localidad, como en esta cabecera y muchos otros lugares. En marzo de 1911 se incorporó al movimiento maderista, secundando el pronunciamiento de Emiliano Zapata, y participó en la toma de la Hacienda de Atencingo, en la toma de Jonacatepec, y en el sitio y toma de Cuautla, en mayo de 1911.
Indiscutiblemente otro gran personaje de aquí de Chietla, fue Sabino Burgos, quien se unió a las filas zapatistas en enero de 1912 como oficial de un grupo bajo el mando del General Francisco Mendoza Palma, con quien operó hasta 1914, pues en septiembre de ese mismo año logró reunir sus propias fuerzas a las que pudo armar bien, y por ese motivo comenzó a actuar bajo las órdenes directas del General Emiliano Zapata. Participó en la toma de Puebla de los Ángeles a finales de ese año. Alcanzó el Grado de General de División en el Ejército Mexicano y fue líder estatal de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Puebla.
Y así muchos hombres y mujeres que combatieron al lado del General Emiliano Zapata, por lo que más que recordar la muerte de Zapata, debemos tener presentes sus ideales, su lucha por nosotros los campesinos y orgullosos de dar a conocer que debido a una pelea que sostuvo Zapata en su juventud allá en Anenecuilco, tuvo que huir del pueblo en unión de su hermano Eufemio, encaminándose a la Hacienda de San Nicolás Tolentino en Izúcar de Matamoros, en donde prestaba sus servicios el señor Frumencio H. Palacios, originario de Cuautla, Morelos; quien siendo viejo amigo de Eufemio , pudo colocar a Emiliano y Eufemio en la Hacienda de Jaltepec, Chietla; como potrerero, brindando sus servicios aproximadamente un año, para después regresar a su tierra.
Así también, años más tarde, Zapata estuvo una vez más en Chietla para trabajar ahora en la Hacienda La Esperanza, (en donde actualmente se ubican las Instalaciones del DIF Municipal y el Bachillerato “Dolores Campos Ponce”), por lo que al estallar la Revolución, Zapata conocía como la palma de sus manos estas tierras, pero sobre todo contaba con amigos que le apoyaron incondicionalmente.
Así pues, Emiliano Zapata, cumplió su cometido y trascendió a su tiempo, y hoy su voz surge más penetrante, más sonora, para exigir el cumplimiento de las Reformas Sociales que un día impulsaron a nuestros compatriotas a un conflicto armado.
No debemos limitarnos a recordar esta fecha tan memorable para todos los mexicanos, sino que tenemos un compromiso que como campesinos debemos cumplir en su nombre, con sus ideales”.
Al término de este emocionante discurso se continuó con la cabalgata, exaltando al Caudillo del Sur con Frases como: “Qué Viva Zapata”, “La Tierra es de quien la Trabaja” y “Tierra y Libertad”. Finalmente se llevó a cabo un convivio en donde se realizaron peleas de gallos, puesto que al término de cada batalla Emiliano Zapata gustaba de organizar y participar en jaripeos, carreras de caballos o peleas de gallos; por lo que de esta forma Chietla recordó al General Emiliano Zapata Salazar, quien tantas veces tuviera su campamento en estas tierras del sur.
CITA: Debido a una pelea que sostuvo Zapata en su juventud en Anenecuilco, tuvo que huir del pueblo con su hermano Eufemio, encaminándose a la Hacienda de San Nicolás Tolentino en Izúcar de Matamoros y años más tarde, estuvo en Chietla para trabajar en la Hacienda La Esperanza.