Muchos de los comerciantes hacen sus ventas en la parte externa del inmueble
Redacción El Suriano.
HUEHUETLÁN EL CHICO, PUEBLA. 27/ABRIL/11.- No es un secreto para los habitantes de Huehuetlán el Chico que dentro del mercado municipal existen una serie de problemas y conflictos en torno a los espacios para las ventas, estas dificultades no son nuevas porque surgieron mucho antes de que el edificio funcionara como tal.
En días pasados se llevó a cabo una junta dentro del mercado, a la cual asistirían todos los locatarios del mismo, reunión a la que acudió el Regidor de Industria y Comercio, C. Armando Espinoza. Por motivos que se desconocen, la mayoría de los ocupantes de los puestos brillaron por su ausencia; sin embargo, la asamblea se realizó con los presentes, así, integrantes del comité explicaron al Funcionario que muchos de sus compañeros venden en la parte de afuera del inmueble y los espacios que supuestamente ocupan para negociar sus productos en la parte interna, son usados como bodegas; algunos de los locales parecen haber sido abandonados, pues muestran basura en su interior, intensificando la molestia de los comerciantes como la del propio comité del lugar. Claro que no podían faltar a la junta las personas negativas que inmediatamente dieron muestra de su agresividad, acusando a algunas personas tanto presentes, como a los ausentes. Estas personas culparon al comité de no hacer su trabajo, de sólo buscar problemas y de no ayudar a tapar los hoyos que presenta el techo del edificio. El Regidor pidió calma y externó que se les citará a todas las personas que laboran o que por lo menos tienen a su cargo un espacio dentro del mercado y, una vez expuesto el problema, se buscará una solución para el bien de todos.
Lo cierto es que desde que el edificio del mercado se construyó, pocos son los locales utilizados para su fin, pues la mayoría de los comerciantes sigue vendiendo en las calles del centro de la cabecera municipal, generando con esto la no visita al interior del mismo, por consiguiente, las bajas ventas de los locatarios que usan su local como se debe; y sobre todo, las calles sucias, cerradas y obstaculizadas por la vendimia puesta en ellas en los días que no hay tianguis.
No cabe duda que la felicidad en estos lugares son historias de telenovelas, puesto que todo lo hacen conflicto y drama, nada como estar organizados, ser unidos, dejar de pelear y trabajar en paz, forjando una localidad limpia y ordenada.