“Superarse por sí mismo, sin depender de nadie, ni siquiera de un perro”
Por Salvador Aguilar
Chietla, 26/ABRIL/11.- Miguel Ángel Villalba es un habitante de 50 años del municipio de Chietla. Desde que era niño, por falta de algunas vacunas ordinarias que se les aplican a los bebés, le dio Poliomielitis, enfermedad por la cual quedó marcado por el resto de su vida, dejándole secuelas en la columna, perdiendo el movimiento de sus piernas.
A pesar de esta discapacidad, Miguel, con apoyo de su familia, continuó con su vida diaria haciéndola normal como cualquier niño de su edad; continuó con sus estudios, desde primaria hasta universidad, titulándose de Licenciado en Antropología.
Villalba menciona que las personas que cuentan con una discapacidad motora deben de enfrentarse a un reto: “Superarse por sí mismo, sin depender de nadie, ni siquiera de un perro”. Al mismo tiempo, asegura que las personas que se “valen o dependen” de alguien más no tienen la capacidad para superarse por ellos mismos.
A lo largo de su vida ha identificado dos grandes problemas a los que se enfrentan las personas que se encuentran con alguna discapacidad: el primero, “Discriminación”, ya que las personas que no han tenido ningún problema de este tipo de discapacidad piensan que las personas que lo tenemos no servimos para la realización de las actividades; consideran que estamos limitados por la discapacidad. El segundo, es la “Depresión”, por los problemas en los que se llegan a encontrar inmersos dentro de la sociedad, como los rechazos, burlas, y discriminación. La “Depresión” ha llegado hasta matar a las personas porque ya no le encuentran sentido a su vida.
A pesar de estos problemas, Miguel nunca se ha detenido en la vida, y siempre ha luchado para obtener y alcanzar sus metas, como la de estudiar en la universidad de Puebla. Para entrar a estudiar tuvo que pasar una serie de problemas y obstáculos como el de los recursos y vivienda, comentó que “el muerto y el arrimado a los tres días apesta”… No podía estar en un sólo lugar a pesar de que tuvo amigos que le brindaron sus casas, para no terminar en problemas decidía retirarse de ahí. Finalmente al concluir sus estudios regresó a casa lleno de satisfacción.
Algunos de sus vecinos al ver que él no se dejaba vencer ante los problemas de la vida, le pedían que hablara con sus hijos que se encontraban en la misma situación de discapacidad, ya que no querían salir. Ese fue un gran reto para Miguel, pero logró animar y motivar a los jóvenes a vivir y a disfrutar de las personas que se encuentran a su alrededor. Les enseñó que pueden vivir sin depender de nadie, los motivó a estudiar, incluso, a practicar un deporte. Así lo hizo con un gran amigo para él, Edgar Cerejido Paz (+), a quien impulsó a salir adelante, siendo incluso, ganador nacional en pin pon.
Ayudar a las personas también ha sido parte de las satisfacciones que ha tenido en su vida, al igual que el desempeño en los trabajos en los que ha participado, aunque en primera instancia lo limitan y le ponen trabas para hacerlo, él ha demostrado que puede trabajar mejor que los demás que no tienen ningún problema. Algunos de sus trabajos han sido como “Promotor de Salud”, en INEGI y el IFE; trabajos en los cuales ha tenido que recorrer las comunidades del municipio sin problema alguno. De esta forma ha demostrado a las personas que la discapacidad no es motivo de limitación para poder progresar en la vida, siempre que se quiere se puede. Miguel es una persona normal como los demás, la diferencia es que no camina, pero su silla de ruedas es más que suficiente para poderse trasladar de un lugar a otro y realizar actividades.
Los trabajos mencionados son los que le han permitido solventar los gastos de sus necesidades y apoyar a su familia. Una entrada extra de dinero es su oficio de “Disecación de animales”. Esta actividad le interesó desde que iba a la secundaria. Los precios que maneja son de acuerdo al tamaño del animal y la forma en que se lo piden.
Finalmente mencionó que “la mentalidad de las personas ha dañado mi persona, obstaculizándome en mis diferentes actividades”, pero ni por eso se da por vencido y sigue adelante, enfrentándose a la vida.
Hay que reconocer el gran valor de estas personas, ya que nos demuestran que siempre se puede progresar en la vida y que las limitaciones muchas de las veces nos las ponemos nosotros mismos.
NOTA: agradecemos a Miguel Ángel Villalba por la entrevista concedida al Periódico El Suriano.